En el colegio el oir “prueba” era un tanto un dolor de cabeza y el momento previo de la dicha torturilla, era peor, un miedo e incertidumbre porque nunca parecías haber estudiado lo suficiente, y para que decir cuando No estudiabamos... Bueno después de todo era solo una prueba
Luego en la U esa sensación volvía cada vez que tenía una “entrega” (de taller), era casi como la “prueba” del colegio, pero con varias horas más de trasnoche, un cansancio extremo y un riesgo de enfrentarte a esas dulces palabras de tu profe que te decía “usted no sirve para esto” (al menos no corrí la suerte de escuchar eso)... Bueno después de todo era solo una prueba
La cosa es que algún día pensé que a medida que crecíamos, las dichas pruebas se superaban a modo flash, pero ahora esa tan inocente palabra pareció convertirse en algo como demostrar que la tierra es redonda.
Bueno, cuando entras a trabajar a un rubro y puesto nuevo y te “soplan” que estás a prueba, la cosa cambia radicalmente. El profe pasa a ser tu jefe, ya no trasnochas, pero quizás si debes volver a estudiar y a actualizar conocimientos. PEERO ¿cuándo se acaba la prueba? ¿al primer sueldo? ¿al primer trabajo entregado?, ¿a la primera palmada en la espalda del jefe, junto con una “felicitaciones”?, quien sabe.
Lo único que espero es no encontrarme con un “usted no sirve para esto”...no creo!!!... después de todo ha esta altura con tanto colegio, universidad y trabajo; hartas veces se ha demostrado que la tierra sí existe, creo yo.
domingo, 5 de abril de 2009
El colegio me persigue
martes, 24 de marzo de 2009
conductas que no entiendo
Ayer me vine sentada plácidamente y muerta de hambre, las tripas pedían a gritos algo para echarle al buche (como dice mi má), la cosa es que un tipo se sentó a mi lado, sacó un galletón que aunque demasiado nutritivo para mi gusto, harto rico que olía y derramó migas por toda su panza y lindo bolso. Yo como no iba copuchenteando, después me tocó casi saborear unas ramitas (de queso!!!,bien piolas!), se le cayó medio paquete al piso, y miró como reconociendo cada una de las aromáticas baritas. Yo digo: habrá pensado que una mirada de reconocimiento por el cagazo era un “disculpen”, un “cosas que pasan”...no sé. Siguió mirando y no hizo nada más que mirar como la gente las pisaba y seguir comiendo.
Otra: mi ahora x jefe, tras un súbito y ruidoso erupto (chancho, flato, etc); carraspeó una y otra vez. Como si hubiese pasado piola, si claro!si el sonido era igualito (Éeee). Un disculpa hubiese bastado, la tapada fue más indigna.
Cada vez que vamos en la micro y suena el celu:
1.a veces el estruendoso sonido es tanto, que casi avergonzados nos apuramos en contestar, pero como! Si YO elegí ese delicado rington ¿o no?
2.contestamos y miramos fuera de la ventana como si quisiéramos encontrar a quien nos está llamando al otro lado del vidrio.
Sólo 3 breves ejemplos...alguien aporta alguno más?
martes, 3 de marzo de 2009
Oda a la locura de una noche
Fuimos con mi esposado al lugar mas extasiado que conocemos (en vista que otro ya desapareció).
Llegamos y vi gente bailando desde el alma, liberando el espíritu ritmico (con el que algunos peleamos para encontrar). En la pista de baile yo di rienda suelta a los dedos de mis pies (por algo se empieza) a nuestro lado, pura gente libre. Yo alcancé esa es la libertad sólo cuando logré despegar completamente los brazos de mi cuerpo y agitarlos libres al compás de cada pista de música. Es excitante sentir tanto placer en el ambiente, cada uno es dueño de si mismo y tu espacio para moverte es el que mas se acomode a tu estilo de baile.
“En Santiago hay poco glamour*”-dije antes de entrar- pero esos trajes que convierten en verdaderos dioses a quienes lo llevan puesto, ¿no es algo de glamour? En esta ocasión mi personaje puntual fue un nazi con falda cuadrillé. Ridículo! Podrían decir, pero...que estilo! (o personalidad). Quizás esto es en lo que se ha convertido el glamour en mi loca ciudad... no sé...
Ahí todos parecían bellos, interesantes, los imitas, los admiras por un rato y quieres entregarte tal cual veleta al viento.
Claro que como buena fémina, también lamenté la cantidad de hombres que andan con faldas, poleras rasgadas y hecho unas locas. Porque algo de potencial tenían creo yo.
Finalmente luego unos necesarios tragos para relajarse y entregarse a la diversión, nos pusimos a bailar tal cual bailarines del mejor cuerpo de baile famosillo. Y entendí que cuando dejas de mirar cómo se mueve tu vecino, saltas solo en medio de una multitud, gritas como loco, y asimilas que a nadie mas que a tu pareja le importas, eres uno de “ellos” y estas entregado al placer y la diversión, con el mejor estilo que puede existir en ese lugar. Blondie.
Claramente, terminé exhausta, pero sin duda más libre que antes.
*Atractivo, hechizo, fascinación.
lunes, 23 de febrero de 2009
...de pelos...
El viernes en la noche viajamos a Papudo, donde mis tios canadiense estaban de vacaciones. A una casa antigua de madera, con alto techo y cuadros que ya los quisiera mi tataraabuela.
Llegamos a las 23.45, después de: “¿como llegaron?, “¿como está tu familia” y otros “gusto de conocerte”; escuché el comentario que sin ninguna mala intención (bueno quien sabe) fue más tarde la más negra idea. Con una sonrisa pura y hasta cariñosa mi tío dijo:”buenas noches, ah! Y tengan cuidado con la señora...”. A lo que mi tan angelical tía agregó: “El otro día, estábamos solas en la casa con Alicia, y nos pegaron con un diario en la cabeza. Y aún no encontramos una respuesta”. Más encima, la tía escéptica apoyó diciendo: Uy si, ayer a Pancho (que afortunadamente no estaba, para seguir apoyando el miedo colectivo), lo cargaron en la cama, por eso se fue tan rápido, jajaja.
Já já já!!! esbocé una forzada sonrisita. La cosa es que ESA fue la ultima información antes de cerrar los ojos. Dormimos en el oscuro y gigante living, lleno de esos hermosos cuadros que te “cuidan”. Después de 1 HORA y una linda pesadilla, desperté por 3 y me di cuenta que las películas de terror que nunca me habían asustado, ahora surgían un efecto “acumulativo”. Me soplarían en el oído, me cargarían el pecho, arrastrarían los zapatos, resbalaría mi saco por mis piernas. Todas las ideas me servían y se me erizaban los pelos.
Fue terrible!! y descubrí que el miedo que por tanto tiempo había BLOQUEADO de las películas de terror, tenía que BROTAR en algún momento, lástima que fue en el lugar donde inevitablemente tendría que pasar 1 día y 1 NOCHE!! más.
Mi esposado odiándome por despertarlo cada vez que daba una pestañada, me aconsejó sabiamente y después de 2 horas más pude dormir. Una vez más comprendí lo importante de tener alguien que tome tu mano, sobre todo en las regresiones infantiles.
Se despide:
La escéptica numero uno.